El carro
llegó a Europa y Asia occidental en el cuarto milenio antes de Cristo, y al
Valle del Indo hacia el tercer milenio antes de Cristo.
Los carros
han sido mencionados en la literatura ya en el segundo milenio antes de Cristo.
El libro sagrado Rigveda India afirma que los hombres y las mujeres son tan
iguales como dos ruedas de una carreta. Pequeñas carretas de mano han sido
utilizadas en muchas ocasiones a lo largo de la historia. En el siglo XIX, por
ejemplo, durante la migración mormona hacia el actual territorio de Utah en
losEstados Unidos, entre 1856 y 1860, se utilizaron estas carretas. Los
llamados rickshaw todavía pueden verse en la actualidad en ciudades del sureste
asiático como transporte para distancias cortas.
En la
antigua Roma los líderes derrotados eran a menudo transportados en carretas
durante la exhibición triunfal del general victorioso. Los carros para la
carrera tenían forma de concha puesta sobre dos ruedas, más alta por delante
que por detrás, con una lanza muy corta, a la cual se uncían cuatro caballos de
frente. Los carros de triunfo tenían una forma redondeada; el vencedor iba en
él en pie y dirigía por sí mismo los caballos.
Servían
también los carros para otras ceremonias: se llevaban en ellos las imágenes de
los dioses en el día de preces públicas; se ponían también en los mismos las
estatuas de aquellos cuya apoteosis se hacía, e iban en ellos las familias
ilustres que asistían a la fiesta. Los cónsules, al encargarse del mando, eran
asimismo conducidos en ellos. Sin embargo, la historia refiere que Camilo entró
triunfante en Roma de este modo, pompa que se hizo después ordinaria, pero que
esta vez no cayó bien a los republicanos. Durante el gobierno consular, los
carros fueron dorados; bajo los emperadores fueron de marfil y hasta de oro. Se
les rociaba con sangre para darles un aire más marcial. Los carros cubiertos se
distinguían de los otros por una cúpula cimbrada. Servían para uso de los
pontífices romanos y verosímilmente para las mujeres.
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