
Historia
La primera cámara que fue lo suficientemente pequeña como
para considerarse portátil fue construida por Johann Zahn en 1865.
Las primeras cámaras fotográficas eran similares en esencia al modelo de Zahn,
aunque generalmente con una mejora en el enfoque. Antes de cada exposición una
placa sensibilizada era insertada. El popular daguerrotipo de Louis
Daguerre, dado a conocer en 1839, utilizaba placas de cobre plateado,
sensibilizadas con vapores de yodo; mientras que en el procedimiento del calotipo inventado
por William Fox Talbot se formaban las imágenes negativas sobre
soporte de papel.
La invención del proceso de placa húmeda con colodión
húmedo inventado por Frederick Scott Archer en 1850 redujo
mucho el tiempo de exposición, pero siempre requería que el fotógrafo preparara
artesanalmente las placas, en el cuarto oscuro de los estudios fotográficos, o
bien en laboratorios portátiles de campaña, en la fotografía exterior de
viajes.
En el siglo XIX se diseñaron muchos tipos de cámaras
fotográficas. Por ejemplo, las cámaras aptas para obtener fotografías
estereoscópicas; cuyos pares estereoscópicos finalmente se tenían que mirar con
un visor apropiado, para poder visualizar su efecto tridimensional o de
relieve. Una típica cámara estereoscópica tenía dos objetivos, para
obtener simultáneamente dos imágenes muy parecidas, pero no iguales, desde dos
puntos de vista muy cercanos. En realidad se inspiraba en la visión binocular
humana.
Otras cámaras diferentes eran algunas cámaras de estudio de
la época en que se popularizaron los retratos en formato de tarjeta de visita
(entre los años 1860 y 1880). Esas cámaras podían tener cuatro o más objetivos,
para obtener varios retratos en un mismo negativo de vidrio. De esa manera el
positivado (por contacto) era más rápido, pues en una sola hoja de papel se
obtenían los retratos realizados; que sólo debían ser cortados y montados en
diferentes tarjetas individuales.
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