La mesa es un mueble cuyo
cometido es proporcionar una superficie horizontal elevada del suelo, con
múltiples usos, como puede ser el trabajar sobre ella, apoyarse sobre ella,
comer o colocar objetos. Un número variable de patas (frecuentemente cuatro),
que le proporcionan altura, suelen hallarse encajadas en una estructura sobre
la que se asienta un tablero, cuya superficie superior cumple la función
principal. El tablero puede tener diferentes formas (cuadrado, rectangular,
ovalado, circular, triangular, etc.) en función de la dedicación de la mesa a
un uso o profesión específicos, o simplemente de la moda y los gustos del
diseñador. El espacio inferior es frecuentemente aprovechado mediante la
instalación de estantes o cajones, pero ha de respetarse el espacio para las
piernas de la persona que vaya a hacer uso de la mesa estando sentada.
Historia
La mesa típica y primitiva se
halla por primera vez en la época de las antiguas dinastías de Egipto, desde la
época predinástica, unos treinta siglos antes de Cristo. Tiene forma
rectangular o circular con un soporte central, o patas en sus cuatro ángulos.
La de tijera con pies cruzados y articulados estuvo en uso entre los egipcios y
pueblos antiguos, siendo muy frecuente el remate de los pies en su parte
inferior a manera de garra de tigre, o pezuña de rumiante.
La mesa de tres pies y la redonda
de un solo pie fueron conocidas por los egipcios y otros pueblos orientales.
Sin embargo, fueron los griegos y romanos los que las utilizaron en mayor
medida. Los trípodes o mesas délficas se empleaban principalmente
para realizar los augurios y sacrificios paganos, y las mesas de un solo pie,
el cual a veces representa la figura de un esclavo y en otras remata
por debajo en tres pequeños pies, servían principalmente en los triclinios o comedores.
Entre los griegos y romanos también fueron utilizadas las de dos pies,
constituidas por un tablero rematado en los extremos en dos figuras de animales.
Los egipcios, y más aún los griegos, fabricaban las mesas con pies
encorvados, uso que muchos siglos más tarde siguió el estilo barroco y,
sobre todo, el rococó de Luis XV.
En las antiguas civilizaciones no
se destinaba la mesa a escritorio, pues los escribas ejercían su
oficio en el suelo sobre sus rodillas. Pero desde los primeros siglos de la Edad
Media, se usan mesas también para este fin aunque siempre revisten formas muy
sencillas.
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